Estados Unidos está preparando la detención de 2 mil inmigrantes indocumentados arribados en familia al país y podría comenzar esta operación el domingo, según informaron varios medios de comunicación locales.
El presidente Donald Trump prometió que la policía migratoria comenzaría la próxima semana a expulsar a “millones” de inmigrantes ilegales asentados en Estados Unidos, sin dar más detalles.
Su tuit aceleró los preparativos iniciados hace semanas y, según fuentes anónimas citadas por The Washington Post, NBC y CNN, las detenciones podrían comenzar al amanecer del domingo en una decena de las principales ciudades del país, Incluyendo Houston, Chicago, Nueva York y Miami.
Los migrantes que no se presentaron a audiencias judiciales o que han recibido notificaciones de expulsión podrían ser detenidos en su hogar o en su lugar de trabajo.
Sin embargo, el Secretario interino de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kevin McAleenan, duda sobre ciertos aspectos de la operación, dijeron los medios. Destacó particularmente el riesgo de separar a las familias, por ejemplo si los niños están en situación legal pero no sus padres.
Donald Trump ha convertido la lucha contra la inmigración clandestina en una de las características de su presidencia. En la primavera boreal de 2017, su gobierno declaró una política de “tolerancia cero” en la frontera con México, lo que llevó a la separación de cientos de familias.
Las tragedias experimentadas por estas familias causaron un gran revuelo incluso en filas republicanas y el presidente ordenó en junio de 2017 poner fin a esa política.
Desde entonces, los flujos migratorios han aumentado constantemente, con un número creciente de familias y menores provenientes principalmente de Honduras, Guatemala y El Salvador.
En mayo, más de 144 mil migrantes fueron arrestados o devueltos a la frontera sur, contra un promedio de 20.000 en los primeros meses de la presidencia de Trump.
Expulsando a familias enteras, el magnate republicano quiere enviar un mensaje disuasivo a Centroamérica. Pero su anuncio de “millones” de deportaciones, en vísperas del lanzamiento de su campaña de reelección para 2020, fue percibido como un objetivo imposible de lograr.
Las expulsiones han alcanzado un máximo de alrededor de 400 mil al año a principios de la década de 2010, y han estado en torno de las 250 mil al año tras la elección de Donald Trump.