La opositora Alianza Cívica de Nicaragua convocó este jueves a un paro de 24 horas el viernes para presionar por la liberación de cientos de “presos políticos” y exigir la reanudación del diálogo con el gobierno de Daniel Ortega, en medio de una crisis política que deja 320 muertos desde abril.
“Convocamos a un paro nacional a partir de las cero horas del día viernes 7 de septiembre” para demandar “la liberación de los presos políticos”, anunció este jueves en un comunicado la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, integrada por estudiantes, empresarios y grupos de la sociedad civil.
Los opositores llamaron a la población a “sumarse a este esfuerzo nacional desde sus casas, exceptuando aquellas actividades relacionadas con la preservación de la vida y la cobertura de servicios básicos para la población”.
“Nicaragua necesita una salida pacífica urgente a través del diálogo. Necesitamos vivir con seguridad, sin secuestros, sin presos políticos, sin persecución y sin estigmatización por pensar diferente”, señalaron.
Este es el tercer paro convocado por la Alianza desde que iniciaron el 18 de abril las protestas contra el gobierno de Ortega, que han sido reprimidas con violencia y han dejado más de 320 muertos y 2.000 heridos.
Al menos 300 nicaragüenses estarían siendo procesados por su participación en las protestas, de los cuales 85 fueron acusados de “terrorismo”, denunció el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU en un informe publicado la semana pasada.
Entre los procesados están dos miembros de la Alianza: el líder campesino Medardo Mairena, y el dirigente estudiantil Edwin Carcache, capturado el pasado miércoles durante una redada policial.
Para la Alianza, “el diálogo es el único camino” para superar la crisis que vive el país, indica el comunicado.
La crisis ha provocado una fuga de 1.022 millones de dólares en los depósitos bancarios en Nicaragua, según la agencia Fitch, en un país considerado como el segundo más pobre del hemisferio.
Ortega, de 72 años y con 11 años consecutivos en el poder, es señalado por sus críticos de instaurar una dictadura junto a su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo.
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