El opositor Leopoldo López afirmó el jueves que el alzamiento militar del martes no fracasó, sino que inició el quiebre de la "dictadura". Más temprano el presidente Nicolás Maduro y la Fuerza Armada se declararon en ofensiva contra los "golpistas".
El líder opositor Juan Guaidó llamó a marchar el sábado hacia los principales cuarteles de Venezuela en un nuevo desafío al presidente Nicolás Maduro tras el fallido alzamiento militar del martes.
Guaidó, reconocido como mandatario interino por medio centenar de países, dijo la noche del jueves vía Twitter que será una “movilización nacional en paz” para pedir que las Fuerzas Armadas “se sumen a la Constitución” y cesen su apoyo a Maduro.
“Continuar en la calle es la única manera de mantener la atención, presión, acción de la comunidad internacional, impulsar la actuación constitucional de la Fuerza Armada y demostrar a quienes aún sostienen al dictador que no habrá estabilidad mientras siga la usurpación”, añadió en Twitter.
Su convocatoria se produce luego de que el martes liderara, junto al opositor Leopoldo López, la sublevación de un reducido grupo de militares en la base aérea de La Carlota, en Caracas, denunciada por Maduro como un “golpe de Estado”.
Armados y con vehículos blindados, los efectivos se apostaron frente a una base aérea de Caracas con López y Guaidó, quien pidió a la Fuerza Armada apoyar el levantamiento.
Pero la cúpula militar ratificó su adhesión a Maduro y 25 rebeldes pidieron asilo en la embajada de Brasil. López, liberado por ellos de su prisión domiciliaria, se refugió en la residencia del embajador de España.
Esa acción “ratifica que estamos en la fase final de nuestra lucha y que la #OperaciónLibertad es indetenible. El plan que hemos llevado a cabo tiene al régimen débil y al usurpador dudando hasta de su círculo más cercano”, reivindicó el jefe parlamentario, quien se proclamó presidente el pasado 23 de enero.
Guaidó, despojado de su inmunidad legislativa por la oficialista Asamblea Constituyente, se marginó de una masiva movilización que había convocado para el 1 de mayo, y este jueves no apareció en público.
Maduro, al contrario, se presentó en televisión con el alto mando y unos 4.500 militares para anunciar una ofensiva contra los “golpistas”.
“Estamos en un combate, máxima moral (…) para desarmar a cualquier traidor, a cualquier golpista”, dijo en Fuerte Tiuna, principal complejo militar del país.
El mandatario socialista pidió a los militares no vacilar a la hora de desarmar conspiraciones opositoras y de Estados Unidos, al tiempo que se confirmaba que cuatro opositores murieron en protestas ocurridas el martes y el miércoles.
Washington advirtió que si Guaidó es detenido sería “el último error de la dictadura”, y que “una acción militar es posible” en Venezuela.
Las expresiones de compromiso de los altos mandos hacia Maduro incluyeron fuertes insultos al opositor.
“No nos dejamos mandar por nadie que no sea nuestra línea de mando fundamental y mucho menos un idiota que se hace pasar por presidente”, lanzó el comandante estratégico operacional, almirante Remigio Ceballos, quien llamó a Guaidó “vagabundo”.
Maduro, a quien la oposición acusa de haberse reelegido de manera fraudulenta, se aferra al poder además con apoyo de China y Rusia.
Durante su gobierno, iniciado en 2013, el país con la mayor reserva de petróleo cayó en la peor crisis socioeconómica de su historia moderna.
López aseguró que la intentona del martes “siempre se planteó como un primer paso”.
“Es parte de un proceso, una grieta” que crecerá y terminará “rompiendo el dique”, sostuvo en su primera rueda de prensa tras cinco años preso. “El quiebre ha comenzado”, subrayó.
Condenado a casi 14 años de cárcel acusado de incitar a la violencia en protestas que dejaron 43 muertos en 2014, López retomó la beligerancia que lo convirtió en figura emblemática de la oposición.
“Van a venir más movimientos en el sector militar”, auguró el político de 48 años, confiando en “que sean semanas” para que se produzca “el cese de la usurpación”.
Aseguró además que ha hablado “con muchos generales”. España descartó entregarlo luego de que la justicia ordenara su recaptura.
De cara a las nuevas movilizaciones, Guaidó les pidió a sus seguidores “mantener el carácter masivo y pacífico de la protesta y no poner sus vidas en riesgo”.
Según Amnistía Internacional, disturbios ocurridos durante las movilizaciones dejaron además 200 heridos y 205 detenidos entre el martes y el miércoles. Desde el jueves, el ambiente era de calma.
Este viernes los cancilleres del Grupo de Lima, formado por una docena de países que reconocen a Guaidó, se reunirá en la capital peruana para analizar la evolución de la crisis venezolana.
La situación de Venezuela, que causa tensiones entre Washington y Moscú, será discutida la próxima semana en Finlandia por el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, y su homólogo ruso, Sergei Lavrov.
Con información de: AFP