A Marlen Ochoa, de 19 años, la mataron y le arrancaron a su bebé del vientre en un caso que causó conmoción en Estados Unidos.
El jueves, tres personas fueron detenidas en relación al asesinato de la joven, que desapareció el 23 de abril en Chicago estando embarazada de nueve meses.
Ese mismo día, otra mujer (Clarisa Figueroa) llamó a los servicios de emergencia diciendo que acababa de dar a luz en su casa pero que enfrentaba problemas de postparto. Los paramédicos hospitalizaron al bebé porque registraba pocos signos vitales.
Finalmente el pasado miércoles 15 de mayo, la policía encontró un cuerpo en el domicilio de Figueroa y lo identificó como el de Marlen Ochoa López, confirmando así que había sido víctima de homicidio y su bebé arrancado de su vientre.
El bebé sigue “en estado grave”, informó el jueves el superintendente de la policía de Chicago, Eddie Johnson.
Clarisa Figueroa, de 46 años, y su hija Desiree Figueroa, de 24, fueron acusadas de asesinato en primer grado.
Este viernes, la jueza del condado de Cook (Chicago), Susana Ortiz, ordenó que ambas mujeres permanezcan detenidas sin posibilidad de fianza acusándolas de “premeditación significativa y la planificación del asesinato“ de Ochoa, según informó el canal de noticias NBC de Chicago.
En su audiencia se conoció que Desiree está embarazada de cuatro meses, añadió el medio estadounidense.
La pareja de Clarisa Figueroa, Piotr Bobak, de 40 años, fue, por su parte, acusado de encubrir el homicidio y también quedó detenido sin posibilidad de conseguir la libertad bajo el pago de una fianza.
La jueza aseguró que Bobak “ayudó voluntariamente a ocultar el delito” y “trató de destruir pruebas”.
Por su parte, la policía informó que fue alertada sobre Clarisa Figueroa por primera vez el 7 de mayo, dos semanas después de la desaparición de Ochoa, cuando amigos de la joven mostraron a los investigadores la cuenta de Facebook donde ella había hecho arreglos con Figueroa para recoger ropa de bebé.
Según los detectives, Figueroa atrajo a Ochoa a su casa y, con la ayuda de su hija, estranguló a la joven con un cable. Una vez que Ochoa murió, su bebé fue extraído por la fuerza de su vientre.
“Las palabras no pueden expresar lo repugnante y perturbador” de este crimen, dijo Johnson.
Los fiscales del caso dijeron que Clarisa había estado fingiendo durante meses antes del asesinato que estaba embarazada. Incluso llegó a publicar fotos de una ecografía, una cuna y una habitación para bebés en Facebook, reveló CBS.
El mismo 23 de abril, cuando Ochoa fue asesinada, Figueroa llamó a los paramédicos a su casa, en el sudoeste de Chicago, para que asistieran al bebé.
Horas más tarde, la mujer inició una campaña de recaudación de fondos en GoFundMe que, según ella, era para el funeral de su bebé moribundo, dijo una vocera de la familia de Ochoa a la agencia de noticias AP.
Las pruebas de ADN posteriores revelaron que Ochoa era la madre del bebé.
La policía dijo que Ochoa había conocido a Clarisa Figueroa anteriormente y había realizado intercambios de ropa para bebés en el pasado.
El jueves, el superintendente Johnson expresó sus condolencias a la familia de Ochoa tras el “brutal” asesinato.
“Deberían estar celebrando el nacimiento de un bebé”, dijo. “En cambio, están de luto por la pérdida de la madre y posiblemente de ese niño”.