Una cifra récord de mujeres se postula para ganar un escaño en el Congreso estadounidense en las elecciones de noviembre, en un año marcado por el movimiento #MeToo contra la violencia de género y por las acusaciones de abuso contra el presidente Donald Trump.
Tras otra ronda de elecciones primarias en varios estados el martes, más de 180 mujeres quedaron en carrera para competir por un lugar en la Cámara de Representantes en las próximas elecciones de medio término.
“Es oficial”, dijo el Centro de Mujeres Estadounidenses y Política (CAWP) después de los comicios en Kansas, Michigan y Misuri. “Hemos batido el récord de mujeres nominadas en los principales partidos para la Cámara de Estados Unidos respecto de cualquier otro año”.
Otra cifra sin precedentes se registra en la cantidad de mujeres que compiten para gobernar estados, un total de 11, señaló el grupo defensor en Twitter. Hasta el momento, el máximo había llegado a 10 en 1994.
En junio, las mujeres también marcaron una cifra nunca antes vista en relación a las postulaciones para el Senado. El total alcanzó las 42: 24 demócratas y 18 republicanas. En 2016, el número más alto alcanzado hasta ahora, se habían registrado 40, informó CAWP.
Muchas candidatas con grandes probabilidades de ganar son parte de minorías con poca o nula representación en el Congreso. Entre ellas está Rashida Tlaib, quien ganó la primaria demócrata el martes en Michigan, y ahora podría convertirse en la primera mujer musulmana electa para el Congreso.
Otras son indígenas. “La mujer nativa estadounidense nunca ha sido elegida para el Congreso”, dijo CAWP.
El gran número de candidatas surge en la mitad del mandato de Trump, cuyo ascenso al poder en enero de 2017 dio lugar a una gran marcha en Washington por los derechos de las mujeres.
También, ocurre en un momento decisivo para la lucha de género en la sociedad estadounidense, impulsado por el movimiento #MeToo contra el acoso sexual de mujeres por parte de hombres en posiciones de poder.
Con información de: © Agence France-Presse