Ciudad Guatemala
Una activista de derechos humanos asegura fue víctima de discriminación por ser lesbiana y de una extraña detención tras un confuso incidente dentro del Transmetro.
El fin de semana pasado ocurrió un incidente con una una defensora de los derechos humanos. Ella se ha dedicado a proteger a lesbianas, ella lo es y sabe lo complicado que es serlo en Guatemala. Ha defendido a muchas mujeres y ahora le tocó una muy cercana: su novia. Esto le costó además de un mal momento, una dudosa detención, humillación, ser víctima de discriminación, pasar el fin de semana en carceleta de Tribunales y tener un encuentro desafortunado con el sistema judicial del país.
La versión de la activista:
Todo empezó el sábado a eso de las 6 de la tarde. La protectora de ddhh iba con su novia y otras dos amigas para la zona 12, justo estaban por bajar del Transmetro pero algo pasó: dice que se dio cuenta que tras ella, habían dos hombres peleando dentro del bus y pasaron empujándola.
“Pasaron empujándome casi yendo encima de mi, luego, como mi novia venía justo detrás de mi, a ella sí pasaron lastimándola y botándola. Yo me asusté mucho porque la estaban lastimando”, cuenta.
Entre los nervios de ver a su pareja en medio del forcejeo, asegura que sintió que lo único que podía hacer por su novia era rociar gas pimienta a los dos hombres para detener la pelea. Sin embargo, el gas se esparció por todo el lugar y la gente dentro del bus resultó afectada.
“Me gritaban que era una sucia, irresponsable y marimacho”
“Estando abajo, otros dos hombres querían pegarme por lo que yo había hecho y, me gritaban que era una sucia, irresponsable y marimacho, muchas otras palabras para agredirme verbalmente”, relata.
Un agente de la PMT apareció y al ver a las jóvenes agredidas, decidió llevarlas a un lugar, supuestamente para ponerlas a salvo porque los hombres en el bus seguían agrediéndolas verbalmente y amenazaban con pegarles.
Llamaron a la PNC. La activista y su novia esperaron a que llegara una mujer para que la pudieran revisar.
“Esta mujer empezó con su intereogatorio y a gritarme que lo que habia hecho estaba muy mal y que habia cometido un grave delito. Que era penado por la ley cargar gas pimienta… Me preguntó a qué me dedicaba, entre otras preguntas que hizo, y cuando respondi que soy defensora de derechos humanos de las mujeres lesbianas, ella se empezo a burlar de mi”, añade.
La protagonista de esta historia asegura que le pidió a la agente que le hablara con respeto porque no era ninguna delincuente, además, había sido respetuosa con los agentes, inmediatamente, la policía respondió que debía llevarla a Tribunales a testificar.
La aprehenden con engaños
“Yo no quería ir, porque no confiaba en lo que ellos me decían, empezaron a obligarme a ir y me decía que solo era para ir a testificar. No tuve otra alternativa más que subirme a la patrulla junto con mi novia. Cuando llegamos a Torre de Tribunales, dejaron a mi novia afuera y cuando entré me engrilletaron”, narra.
Asegura que al insistir en el por qué de los grilletes, la policía solo le respondió que el lugar era muy estricto y que era la única forma de poder estar ahí.
Pasó mucho tiempo así que la defensora de derechos humanos intentó nuevamente hablar con la policía que la llevó a Tribunales y le preguntó de nuevo si en realidad la llevaba a testificar porque más parecía una detención y de hecho, así fue, finalmente fue liberada el domingo por la noche.
Y me respondió (la agente): “Te voy a ser sincera, la verdad es que no venís a testificar, yo te mentí, porque era la única forma de traerte aquí”. En ese momento sentí que mi mundo se vino abajo, porque no había podido avisarle a nadie que estaba detenida, ya había hablado con compañeros activistas pero no tenia noticia de ellos ni como comunicarles mi situación”.
Municipalidad de Guatemala desmiente versión de la activista
Al ser consultada la municipalidad sobre el incidente, Carlos Sandoval, portavoz de la comuna explicó que no hubo una vitimización hacia la defensora de Derechos Humanos, pues ella activó un arma dentro del bus afectando a todos los usuarios, niños, otras mujeres y hombres que finalmente fueron quienes la denunciaron.
Sandoval afirma que un agente municipal subió al bus para detener la pelea y proceder por agresión sin embargo, cuando se le pidió a Secia que se calmara, fue cuando activó el gas, por lo que el incidente pasó a segundo plano. Sandoval afirma que se pelearon por un asiento amarillo, los asignados a los adultos mayores y mujeres con bebés.
“Los involucrados entablan una discusión por uno de los asientos que eran para los adultos mayores, en el grueso de la discusión, hay palabras ofensivas. El elemento nuestro de la estación, aborda la unidad y cuando se dirigía al enfrentamiento entre la activista y un hombre que estaba ahí, ella activa el gas pimienta, le cae al elemento de la Municipalidad y afecta directamente a unas 15 personas con el gas y a unas 80 indirectamente que usaban el bus. Entonces, la denuncia planteada en su momento, marca el acto de haber accionado un aparato de estos perjudicando a todo tipo de usuarios: niños, mujeres, hombres, jóvenes…
No sabemos si tuvo o tiene la razón, esos son problemas que se tienen que solventar con las contrapartes, lo que no vamos a permitir es que una persona, active un gas pimienta dentro de un servicio de transporte municipal y afecte a niños, mujeres y hombres solo por el hecho de tener un conflicto con otra persona. La seguridad llegó a resolver pero ella agredió a muchas personas con el gas, incluso al agente. La victimización no aplica para librarse de una situación”, concluye Sandoval.
La municipalidad dice que no pueden revisar que los 350 mil usuarios que usan el Transmetro a diario, lleven artefactos como estos, añade que las reglas del servicio son claras y el uso de estas armas están prohibidas por el daño que pueden causar a otros usuarios. Asegura que no se trató de un acto homofóbico contra Guzmán ni por su calidad de activista de derechos humanos, sino de un procedimiento que se aplica para cualquier persona que utiliza el Transmetro.
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