Analise Herrera, colaboradora eficaz relata que ya existía la orden de captura contra Sinibaldi, cuando fue la reunión en la que encontraban los testigos y testaferros.
El temor de Alejandro Sinibaldi de enfrentar a la Justicia lo llevó a crear un equipo jurídico. El objetivo era que los testaferros no lo vincularan con las empresas.
Para ello cuatro abogados instruyeron a testaferros y testigos en sus declaraciones. Así, lo relatan dos colaboradores eficaces, el concuño Juan Arturo Jegerlehner y la exasistente Analise Herrera en el caso Construcción y Corrupción.
La exasistente de Alejandro Sinibaldi, relata que fue convocada a una reunión en la casa del exministro de Comunicaciones, ubicada en Muxbal. En esa ocasión ya existía la orden de captura contra Sinibaldi. Cuenta que en esa reunión se encontraban los testigos y testaferros.
“Lleva su esposa un iPad, él estaba en videoconferencia. Estábamos todas la personas ahí él bromeo, ahorita está bueno para que caigan todas las personas del Ministerio Público y la CICIG, hoy sí estamos todos aquí, dijo. Empezó con la reunión y empezó a dar directrices. Dijo que esto que estaba pasando no podía detenerse y que había que ordenar lo que había que ordenar. Hasta ese momento, yo no sabía que me habían citado”.
La declaración de Juan Arturo Jegerlehner, detalló que para desvincular de la investigación a Sinibaldi, los testigos y testaferros debían omitir en su declaración el nombre de Alejandro Sinibaldi.
El concuño del ahora prófugo relata que el personal estaba siendo citado a declarar al MP. Por ello, se les contrata a un abogado y se les instruía. Además, indicó que los abogados desconocían de las instrucciones a los testigos, solo eran los cuatro abogados que estaban enterados, que eran:
“El objetivo de la asesoría era trasladarle a las personas que estaban siendo citadas información y que en ningún momento en su declaración ante el Ministerio Público mencionarán que Alejandro Sinibaldi tenía participación en dicha sociedad”.
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