Las deportaciones de guatemaltecos desde Estados Unidos crecieron un 79,8% en el primer semestre del año en comparación con el mismo lapso de 2017, informó este jueves la Dirección General de Migración de Guatemala.
El incremento significativo de las expulsiones ocurre en medio de una nueva crisis migratoria desatada por la recién modificada política de “tolerancia cero” de la administración del presidente Donald Trump, que separaba a padres e hijos indocumentados detenidos en la frontera.
Alejandra Mena, vocera de la institución, dijo a la AFP que entre enero y junio pasados, un total de 25.366 guatemaltecos fueron deportados de Estados Unidos, superando considerablemente a los 14.103 expulsados en el mismo periodo de 2017.
Precisó que en los primeros seis meses de 2018 han sido deportados 22.601 hombres, 2.522 mujeres y 243 menores.
Pese al aumento de las deportaciones, el flujo de remesas de emigrantes en el extranjero, sobre todo en Estados Unidos, alcanzaron entre enero y mayo pasados 3.597,6 millones de dólares, 8% más que el mismo lapso de 2017.
La semana pasada, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, demandó a los presidentes del Triángulo Norte de Centroamérica frenar el “éxodo” de migrantes ilegales a su país, al considerar que amenazan la seguridad de los estadounidenses.
“No pongan en juego su vida y la vida de sus hijos. Quédense en sus hogares, en su patria (…). “Vengan legalmente, si no, no lo hagan”, sentenció Pence en Guatemala.
El estatal Consejo Nacional de Atención al Migrante de Guatemala estima que alrededor de 1,5 millones de guatemaltecos viven en Estados Unidos y solo entre 300.000 y 400.000 tienen residencia legal.
La pobreza y la violencia son los principales factores que obligan a los centroamericanos a emigrar, principalmente a Estados Unidos, aunque Pence sostiene que son pocos los que lo hacen huyendo de la criminalidad.