El deporte en Guatemala recibió el año pasado Q940 millones, el 50% es asignado al deporte federado y el otro 50 para el deporte no federado.
Guatemala es el único país que asigna un presupuesto nacional al deporte, éste es el 3% constitucional, lo que ha permitido la creación de estructuras políticas para el control de esos recursos.
“Es deber del estado el fomento y la promoción de la educación física y el deporte. Para ese efecto, se destinará una asignación privativa no menor del tres por ciento del presupuesto general de ingresos ordinarios del estado”, eso es lo que dice el artículo 91 de la Constitución Política de la República desde 1985.
En el 2017, el 3% constitucional fue de Q940 millones, casi los $134 millones.
Oswaldo Hernández, periodista guatemalteco de No Ficción, forma parte del equipo encargado de realizar la investigación, junto con Acción Ciudadana, que han llamado “Las olimpiadas de la Corrupción” que nos da una perspectiva del deporte alejada de las canchas, los aplausos y las medallas.
Para entender el sistema de cooptación a nivel nacional, hay que hacer un breve viaje hacia la historia desde 1985, luego de que se destinó un presupuesto e iniciaron disputas políticas internas.
De casi mil millones de quetzales recibidos, el 50% es asignado para el deporte federado, es decir, la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala y el Comité Olímpico Guatemalteco.
El otro 50 es para el no federado, es decir, para los Ministerios de Educación y el de Cultura y Deportes.
Desde la creación de los artículos constitucionales, el control de deporte en Guatemala ha estado bajo tres casas deportivas de 46 que hay en total. Estas son el boxeo, la lucha y el remo y canotaje.
Los tres personajes que lideraron, entre alianzas y disputas en 30 años, han sido Willi Kaltschmitt, ex referí de boxeo internacional, Rolando Castro de León, ex dirigente de la Federación de remo y canotaje y Francisco Lee, ex dirigente de la Federación de lucha.
Desde 1985, el deporte de alto rendimiento tiene dos cabezas, la CDAG y el COG y en algunos casos hasta repiten funciones.
Los conflictos entre los dos es por quién representa a nivel internacional.
Lo que describe la Asamblea Nacional Constituyente dice que la CDAG es la encargada de crear la infraestructura del deporte y el COG se encargaría de la representación en los eventos olímpicos.
A mediados de los 90 fue la última batalla entre ellos y es que las federaciones deportivas, dirigidas por remo y canotaje y lucha tomaron el control del COG que era liderado por Kaltshmitt de boxeo.
En 1997 fue año electoral para el deporte de alto rendimiento y luego surgió una iniciativa, la ley nacional de cultura física y el deporte, promovida por dirigentes del deporte recreativo y escolar para eliminar de una vez por todas las dinámicas políticas en el deporte de alto rendimiento.
Con esta ley se prohibió la reelección en las federaciones y se cambiaron los períodos electorales del COG y la CDAG para que no coincidieran.
A pesar de la ley, el COG siguió permitiendo la reelección de sus dirigentes y la CDAG lo tiene prohibido desde entonces.
Es así, como el deporte es un pequeño estado dentro del Estado de Guatemala, todo es político y gira en torno a tres pequeñas líneas de la constitución que asigna no menos del 3 por ciento del presupuesto nacional al deporte.
En la actualidad el poder ya no está bajo el control de remo y canotaje, lucha y boxea; hoy, uno de los líderes del softball lidera la CDAG y el COG, se llama Gerardo Aguirre.