- Q1 mil mensuales tiene derecho a gastar un diputado
- Q10 mil si es parte de la Junta Directiva
- Q3 mil al mes puede gastar de caja chica una comisión de trabajo
Los diputados del Congreso de la República gastaron Q1 millón 218 mil de los fondos de caja chica de enero a octubre de este año, reveló la Alianza para el Congreso Eficiente, en un informe dado a conocer en el que resaltan un “desorden” en las liquidaciones de estos recursos.
Según el observatorio, integrado por diferentes organizaciones de la sociedad civil, el desorden se evidencia en cuanto a la forma de hacer las liquidaciones y los montos que se solicitan, especialmente por parte de las comisiones de trabajo.
Del total de gastos de caja chica en los que incurrieron los legisladores, siete diputados de la Junta Directiva (exceptuado al presidente, Álvaro Arzú Escobar y al primer vicepresidente, Felipe Alejos) gastaron Q314 mil 500, las comisiones de trabajo, Q336 mil 445 y los bloques legislativos, Q568 mil.
El informe de la Alianza no especifica montos; sin embargo, sí detalla el porcentaje solicitado por cada bloque, que tiene derecho a gastar de acuerdo con la cantidad de diputados que tiene.
Cada bloque tiene derecho a recibir Q1 mil mensuales, y aparte otros Q1 mil por cada legislador.
De esa forma, por ejemplo, el bloque Todos dispuso en los 10 meses de Q150 mil de los cuales gastó Q102 mil; FCN-Nación, que tenía derecho a Q340 mil, gastó Q91 mil 800; y la UNE que podía recibir Q300 mil, gastó Q78 mil. Estos fueron los bloques que más aprovecharon los fondos de caja chica.
El análisis destaca que los bloques pequeños fueron quienes más solicitaron estos recursos en relación con el número de legisladores que tienen.
URNG por ejemplo, que en los 10 meses pudo reclamar Q20 mil por tener solo un diputado, gastó de caja chica Q21 mil 800. Winaq —también de un diputado— utilizó Q16 mil, y el PAN con tres legisladores requirió Q31 mil 600.
Otros bloques minoritarios gastaron los recursos así: Fuerza, Q14 mil; Convergencia, Q28 mil; Encuentro por Guatemala, Q38 mil 500; Alianza Ciudadana, Q45 mil 100; Movimiento Reformador, Q24 mil y UCN, Q26 mil 400.
La Alianza para el Congreso Transparente también señaló en su informe que, en la segunda parte del año, los diputados priorizaron sus intereses políticos por sobre temas económicos, de desarrollo social o de seguridad y justicia, práctica que continuará en el 2019 por ser electoral.
El observatorio citó como ejemplo de esa priorización, las reformas al Código Penal sobre el financiamiento electoral ilícito, y a la ley de aceptación de cargos, así como la insistente intención de reformar la Ley Electoral y de Partidos Políticos para favorecer a los diputados tránsfugas.
“Vemos una agenda bastante sesgada al tema político”, expuso María del Carmen Aceña, directora del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), para quien “definitivamente” en el 2019 continuará esa priorización del Congreso.
Aceña consideró que será complicado tener elecciones a mitad de año lo cual incidirá en que desde marzo aproximadamente los legisladores comenzarán a ausentarse para hacer proselitismo, por lo cual “si este año no se priorizó la parte social o de justicia no creo que se vaya a hacer el año entrante”.
No obstante, no descartó que se aprueben durante los primeros meses decretos de tipo populista.
Para Walter Menchú, analista de la Alianza, afirmó que “las decisiones se vuelven más políticas en un año electoral”, y consideró que el problema “es de origen” puesto que los incentivos con los que llegan los diputados al Congreso no son precisamente de llegar para hacer un bien al país.
“Los diputados, principalmente los del interior, siempre llegan con lo político en la cabeza y casi siempre están en temas de interpelaciones y de cómo voy a ayudar a los ciudadanos de dónde vengo, pero no en cuestiones técnicas”, criticó Menchú.
El analista también considera que se intensificará la priorización de temas políticos en el próximo año y no sería extraño que los congresistas intentaran aprobar leyes de forma sorpresiva que no se incluyan dentro de la agenda del día ya que desde ahí se podrían leer las intenciones de las iniciativas y la sociedad civil podría criticarlas.
El año electoral también podría incidir en que los diputados se ausentan aún más del Congreso, tanto de las sesiones ordinarias como de las reuniones de comisiones de trabajo, debido a que muchos se dedicarán a hacer proselitismo.
De hecho, desde la segunda parte del año ya se notó una baja en la asistencia de los legisladores, según el informe presentado por la Alianza.
Del 14 de enero al 31 de octubre de este año se efectuaron 72 sesiones plenarias a las cuales solo 16 diputados asistieron a más del 95 por ciento de ellas y solo uno a todas. Además, 26 legisladores asistieron a menos del 75 por ciento de las sesiones.
Dentro de los diputados más faltistas, resalta el informe, están María Stella Alonzo quien no asistió a 31 sesiones y en ninguna de ellas presentó una excusa por escrito. Milton Francisco Guerra que no llegó a 20 sesiones plenarias y solo se excusó en siete ocasiones.
También figuran dentro del grupo de legisladores más faltistas, los diputados Edgar Eduardo Montepeque, con 17 faltas; Edgar Raúl Reyes Lee, 15, y Roberto Villate, 15.
Los congresistas tampoco asisten a las reuniones de las comisiones a las que pertenecen, de acuerdo con el informe elaborado por la Alianza.
Menchú indicó que entre junio y octubre monitorearon el actuar de siete de las 40 comisiones de trabajo y determinaron que estas se reunieron en 52 oportunidades, pero hubo meses en que algunas, como las de Gobernación, Legislación y Puntos Constitucionales, Apoyo Técnico, y la Específica de Aceptación de Cargos no se reunieron, con lo cual incumplieron con la Ley Orgánica del Organismo Legislativo que ordena reunirse por lo menos dos veces al mes.
El análisis de estas comisiones arrojó que de las 52 reuniones solo en 15 se reunió la mitad más uno de los integrantes, en 26 solo llegó el 25 por ciento y en 11, menos del 25 por ciento.
Esa ausencia de los legisladores a las reuniones de comisiones de trabajo impacta, según Menchú, en la calidad de iniciativas de ley que se presentan y aprueban. Añadió que la situación puede ser peor en las restantes 33 comisiones, puesto que las evaluadas son a las que más se suele poner atención o son las más mediáticas.
“Escogimos las más importantes y medulares, y si estas tienen deficiencias y ampliamos la muestra, cada vez va a ser peor el número de los que no llegan”, precisó el analista. Recordó que el año pasado se le dio seguimiento a la Comisión de la Mujer y en la mayoría de las citas solo la presidenta llegaba y el resto era de asesores con lo cual solo aparentaban que se reunían.