El cadáver de un niño guatemalteco de 2 años y ocho meses que murió en un hospital infantil en la ciudad estadounidense de El Paso, Texas, supuestamente por una neumonía fue repatriado para ser sepultado, observó un fotógrafo de la AFP.
El cuerpo llegó al aeropuerto La Aurora de la capital para ser trasladado a su lejana comunidad en el poblado del Olopa, Chiquimula, cerca de la frontera con Honduras, dijo periodistas el cónsul de Guatemala en Del Río, Texas, Tekandi Paniagua, quien acompañó el traslado del menor fallecido.
Explicó que la víctima murió el 14 de mayo, una semana después de llegar a esa ciudad estadounidense y ser internado por “dificultades para respirar y aparentemente presentaba un cuadro de neumonía”.
Para acelerar la repatriación las autoridades extendieron un “certificado de defunción con causa pendiente”, mientras esperan “el parte final de la autopsia”.
En tanto, la madre que acompañaba al menor “decidió continuar el proceso migratorio dentro de Estados Unidos y buscar la reunificación con sus familiares”.
El menor fue identificado como Wilmer Ramírez, quien cruzó por la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso hace siete semanas con su madre, Hilda Aracely Vásquez Castillo.
De acuerdo con la prensa local, la familia del niño se entregó a agentes de la Patrulla Fronteriza el 3 de abril, cerca del Puente Internacional Paso del Norte, en la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso.
La víctima mortal es el quinto menor migrante de Guatemala muerto bajo vigilancia de la patrulla fronteriza estadounidense.
El pasado lunes falleció Carlos Hernández, de 16 años, en la estación fronteriza de Weslaco, en Texas (sur).
Su muerte se suma al deceso de otros cuatro menores migrantes de Guatemala desde diciembre pasado, bajo custodia de la patrulla de fronteras.
Carlos, como muchos niños y adolescentes centroamericanos, viajó sin la compañía de un adulto a la espera de ser aceptados bajo las leyes para menores migrantes en Estados Unidos.
Con información de: © Agence France-Presse