Un recorrido por las faldas del Volcán de Fuego muestran los riesgos de vivir cerca del coloso. Dos hombres monitorear la actividad volcánica, ambos trabajan para el INSIVIMEH.
Para llegar a Panimaché, Chimaltenango, el camino es terracería y hay que cruzar el río Taniluya. En época de lluvia, el río puede subir y convertir el ingreso, imparable, tanto para salir como entrar a la comunidad.
El poblado se encuentra en las faldas del volcán de Fuego. Para monitorear al coloso hay dos trabajadores del Instituto de sismología, vulcanología, metereología e hidrología (INSIVUME). Ambos se turnan cada ocho días para observar el Volcán. Uno de ellos es Édgar Antonio Barrios, observador vulcanológico. Conozca su historia en el siguiente video.