Ciudad Guatemala
Durante el 2018 el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) practicó 5 mil 483 exámenes para constatar denuncias por agresión o violación.
A diferencia de 2017, los casos de menores de niñas entre 5 y 9 años reportaron un incremento del 33 por ciento, lo que evidencia que los agresores cada vez buscan a víctimas de menor edad.
También se hicieron 102 reconocimientos médicos por delito sexual a niñas menores de un año y 284 a pequeñas de uno a cuatro años.
Según expertos, el 89 por ciento de los agresores son parientes de la víctima.
La cultura de denuncia gana terreno cada día, no obstante, muchas víctimas no se atreven a hablar por vergüenza o patrones culturales.
Según Sergio Logos, activista de la Comisión ProConvención sobre los Derechos del Niño (Cipronedi), aunque estos datos reflejan la vulnerabilidad de este grupo de la población, no representan el total de los casos. “
La cifra oculta en Guatemala ha de ser altísima, estos casos son solo los que generaron una denuncia en el Ministerio Público (MP) y entró al Sistema Judicial, que ordenó realizar los exámenes, o que el Ministerio de Salud refirió al Inacif”, indica.
Expertos confirman que durante 2018 también hubo un incremento de 9.9 por ciento de denuncias de hombres que fueron violentados sexualmente.
Jorge Granados, jefe de Departamento Técnico Científico del Inacif, explica que en Guatemala una de las actividades delincuenciales más frecuentes son los delitos que atentan contra la integridad sexual, y el delito es mayor si es contra un menor de edad.
La agresión y la violencia sexual deja marcas en las víctimas, y el primer punto para que comiencen a sanar es escucharlas y creer en su denuncia, afirma Carolina Escobar Sarti, de la asociación La Alianza.
“Hay que darle poder a la voz de sus historias”, reiteró la activista.
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Con información de: Ana Lucía Ola
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